viernes, 16 de mayo de 2008

La depravación moral de Ferrara. 7/10


“Teniente corrupto” es la sexta película de Abel Ferrara, fue rodada en el Nueva York de principios de los 90 y estrenada en el 93 con el consiguiente revuelo por su argumento que no deja de hurgar la moral.

Este film de Ferrara es una muestra perfecta de lo que debió ser el cine independiente americano en los noventa. Entre sus muchas virtudes, destaca la irreverencia de la obra ante el espíritu bienpensante e idealista americano. Esta obra supone un sopapo a los cuerpos de seguridad del estado, muchas veces enaltecidos por el cine hollywoodiense cuando incorpora, en casi cada historia que cuenta, a superpolicías patriotas que visten una moralidad intachable y a los que sólo se les permite pecar, si después les llega una insondable redención o un castigo más que merecido.

La película es provocadora porque se escoge a uno de las instituciones más sensibles de cualquier sociedad democratizada y se la tacha de corrupta, frívola, ociosa, supervalorada, lardosa, que posee toda la mala fe del mundo y de la que nadie en su sano juicio podrá hablar bien sin sufrir acto seguido de una noma mortal.

“Teniente corrupto” no es del todo original, porque a lo largo y ancho de la historia del cine ya nos han contado lo del “poli malo”. Lo que sí supone específico en esta película de Ferrara es el ambiente de extraña normalidad en la que nos inmiscuimos. Si comprendemos el objetivo ambiental del film, no es de extrañar que la primera escena en la que aparece Harvey Keitel sea en una acción de curiosa cotidianeidad, cuando recoge a sus hijos maleducados, en apariencia, producto de una educación de un padre despreocupado.

El papel de Keitel es memorable, parece que fue hecho a su medida y nos hace imaginar que Ferrara debió pensar en él mientras escribía el guión. La etopeya del personaje varía durante “Teniente corrupto”, su rostro gélido y mirada perturbada, en algunas ocasiones, deja paso a destellos de humanidad patética. La vileza que contemplamos esconde erupciones de bondad y compresión inimaginables en un personaje plano y mal planteado, por lo que se revela el guión de Zoe Lund y de Abel Ferrara como una verdadera revelación intrínseca.

La contrición final de Keitel ante el delirio jesuita, hace más gracia que acongoja, pero merece un aplauso la valentía por poner a Jesús en una historia cuando no se le requería, como figurante de la vida, como el negro que le dio sangre .

Lo negativo de “Teniente corrupto”, además del título, ruda simplicidad, es la escasa capacidad expresiva de la fotografía y de la iluminación durante casi todo el film, con escenas mal encuadradas, luz demasiado directa y ambiente irreal demasiado a menudo.

“Bad Lieutenant” es recomendable por la fortaleza de su guión, originalidad noventera y porque deja la sensación en el espectador de una profunda plenitud cuando termina la película, ya que, como poco, la cinta propone un ejercicio intelectual indudable, además de un juicio moral a varias bandas.

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2 comentarios:

A las 17 de mayo de 2008, 7:35 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Esta muy guay tu blog y eso que he llago aqui buscando por filmaffinity pero weno jeje que escribes muy bien y muchos animos que ya me iré paZando. te dejo mi correo/msn por si alguna vez quieres hablar contiGo: meito192@hotmail.com .. x cierto mi nombre en esta pagina es Cunningham por si te enteresa. SalUDos!!

 
A las 22 de julio de 2008, 19:43 , Blogger Nelo ha dicho...

soplapollas

 

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